Y en realidad así somos, somos como cuando niños, que nos dejaban hacer una tarea importante y reuníamos todo en la mesa para ponernos a trabajar, pero ya nos daba sed, ya nos daba ganas de ir al baño, de repente te acordabas de que debajo de tu cama cuando te agachaste a sacar la pelota te diste cuesta que estaba tu super lapicero que tanto te gusta y que tenias mucho tiempo sin encontrarlo, te levantas de la silla y corres a buscar ese lapicero y te alejas de tu tarea...
Nunca crecemos, seguimos siendo niños, niños que quieren ser adultos y solo por que su cuerpo cambio y tiene ahora otras necesidades, pues tomamos responsabilidades y deberes, así como placeres que conlleva la vida de adulto.
Pero así somos de adultos, huimos de los problemas lo mas lejos posible, incluso hasta ponemos tierra de por medio, y le damos tantas vueltas a los asuntos que terminamos mareados, y confundidos.
La idea es, regresar con el lapicero ponerlo en cajita de los colores, y ponerte a trabajar!
No darle mas vueltas a tus asuntos en tu mente, si no ordenarlos, y adelante a buscarles una solución.
Tu sigues siendo un niño que puede jugar con lo desee y al mismo tiempo un adulto que puede tomar la decisión de ir a jugar a donde desee, retoma tu camino, retoma esa cartulina de tu vida y comienza ya a darle color, decorala plasma tu idea, dale un titulo un motivo de ser... y al final no olvides poner tu nombre tu firma, y si es un bello trabajo todos lo recordaran.